Isla de Honolulu. L’Illustration 17 junio 1843
El archipiélago de las islas Hawái, cuyo ilustre navegante y descubridor encontraría una muerte tan cruel y que las llamó Sándwich, fue descubierta en 1542 por Gaetano. Este capitán español, creyendo que el archipiélago formaba dos grupos, las llamó islas de los Reyes e islas de los Jardines. Permanecieron olvidadas durante más de dos siglos; Cook las reconoció de nuevo en enero de 1778; pero con la prisa de visitar la costa noroeste de América, no permaneció más de cuatro días y volvió en enero de 1779, y su estancia duraba más de un mes cuando a su salida los indígenas, tras una riña con los marinos, robaron una chalupa. Entonces, para que se la devolviesen, Cook bajó a tierra con algunos soldados para tomar al rey Tarai-Opou así como a los jefes principales que serían tomados como rehenes hasta la restitución de la misma. Mientras traían a los prisioneros hacia la orilla, la pequeña tropa inglesa fue atacada por los Hawaianos, y Cook cayó muerto, al tiempo por un puñetazo (pahoa) en la espalda y una lanza en el vientre. Sus soldados fueron en parte masacrados; cuatro hombres solamente, malheridos pudieron llegar a los barcos. El cadáver de Cook se transformó en alimento des los jefes y sacerdotisas hawaianos; sus huesos y algunas partes de su cuerpo fueron devueltos a los Ingleses cuando la paz se restableció.
El archipiélago hawaiano de extiende de 19º a 23º de latitud norte, y de 157º a 159º de longitud oeste. Está situado en medio del Océano Pacífico, y casi a una distancia similar entre América y Asia. Se compone de once islas, la mayor es Hawái (la Orquídea Cook); luego vienen, siguiendo por orden de extensión Mawit Sahou, Marokai, Raxai y Kahoulaawe; las demás no merecen mención.
Hawái, más grande que todas las demás juntas, tiene 83 millas de largo, y 66 de ancho; encierra un volcán activo, Kirauu-Ea y una montaña en forma de pico, Mouna-Roa, de más de 1,838 metro sobre el nivel del mar. Se divide en siete distritos: Hamahoona, Hiro, Pouna, Kaou, Kona, Ouaimea y Kohala; a pesar de su gran extensión tiene pocos habitantes: se cuentan tan solo 30.000.
La población total de las islas hawaianas ha sido evaluada por misioneros protestantes a 110.000 habitantes, entre los cuales se encontraban, a finales de 1842, más de 10.000 católicos, todos ellos devotos de Francia.
Leyes severas, que a veces han servido de pretexto a persecuciones contra los católicos, prohíben toda manifestación de la antigua idolatría de la isla. El resto de la población practica, pues, el culto protestante; ha sido convertida por los misioneros metodistas americanos quienes, en veintidós años llegaros a civilizar las Islas Hawái.
Mawi, donde reside M. William Richards, tiene como puerto principal Lahaina.
Pero, después de Hawái, la Isla más importante en riqueza y población es Oahou, cuya ciudad principal se llama Honolulu; Oahou es la residencia habitual del rey Kamehameha III. Allí residen también los cónsules franceses, ingles y americanos. Honolulu, ciudad hoy en día de trazado bastante regular, está defendida por un fuerte armado de 32 cañones; se encuentra allí uno de los palacios del rey, una iglesia católica y varios templos protestantes.
El nombre de islas de los Jardines, dado al archipiélago de las Islas Hawái cuando fueron descubiertas por primera vez, indica con bastante exactitud cuál es la riqueza de su vegetación. Las plantas indígenas usuales son el arum esculentum , la patata dulce, la caña de azúcar, el árbol del pan, el cocotero, el banano, las fresas y frambuesas. Además de las plantas que se siembran en Europa (como la col, zanahorias, cebollas, remolacha, etc.), los Europeos han introducido la palmera de Guatemala, el índigo, el café , la sandía, los pepinos, las papayas, los limoneros, los naranjos y la vid, los cuales han prosperado perfectamente.
Los grandes vegetales son, junto al árbol del pan y el cocotero, la morera, el dragón, el pandanus y el sándalo, cuya madera odorífera, tan buscada en China y en la India, da lugar a un comercio bastante extenso. Por desgracia este árbol precioso, explotado sin método y sin cuidados, comienza a hacerse cada vez más raro en las islas Hawái, así como en las demás islas de la Polinesia.
Antes de la llegada de los Europeos, los indígenas no conocían otros cuadrúpedos aparte del cerdo, el perro y la rata; en la actualidad poseen el caballo, la vaca, la oveja, la cabra, el gato y el conejo. Las costas de las islas Hawái son muy venenosas: se pueden allí encontrar las ostras perlíferas cuyos ejemplares poseen una gran belleza.
Los habitantes de las islas Hawái son marinos excelentes. Sus barcos realizan el comercio con China, California, Chile e islas de la Polinesia; pero en cuanto a travesía de largo recorrido, los equipajes de los barcos son solamente hawaianos, el capitán es Americano o Europeo – La Marina real se compone de varios barcos de guerra (fragatas, bricks y goletas).
Timoteo Haalilio
La instrucción pública está muy extendida en las islas Hawái. Los misioneros protestantes y católicos poseen numerosas escuelas; todos los niños deben asistir a ellas. Existen en las islas numerosas imprentas, las cuales ya han puesto en circulación más de 250.000 pequeños volúmenes destinados a la instrucción del pueblo. La primera obra en lengua hawaiana fue impresa en 1822. Se han publicado también libros en inglés para la instrucción de la clase alta. Tenemos con nosotros una Historia de las islas Hawái impreso en inglés en Honolulu. También existen periódicos en inglés y hawaiano, la Gaceta de las islas Sándwich, El Espectador Hawaiano, etc. – El Lama Hawaiano, en lengua de las islas Hawái, es como una revista pintoresca llena de grabados sobre madera ejecutados por artistas hawaianos, y ciertamente tan buenos como los que se realizaban en Francia hace cuarenta años; la cantidad de ejemplares es lo único que deja que desear. Hemos visto también un Tratado de dibujo lineal con planchas grabadas de una calidad mejor que la mayoría de las que se realizan actualmente en Francia para obras similares. Una última nota hará apreciar la inteligencia de los dibujante hawaianos, o de aquellos que les dirigen. El Lama hawaiano ofrece las figuras de un gran número de cuadrúpedos del antiguo mundo, y el dibujante ha tenido gran cuidado, aunque las figuras aparecen en la obra, de representar a estos cuadrúpedos siguiendo una escala de proporción, donde el elefante es el grado superior y la rata el inferior. Los niños hawaiano pueden de esta forma conocer mejor que los europeos la grandeza relativa de los animales.
Los misioneros americanos, decía, en 1842, M. John Adams, en un discurso dirigido al Congreso de los Estados Unidos; estos misioneros, desarmados de cualquier poder secular, han logrado, en un cuarto de siglo, simplemente contando con la influencia de la caridad cristiana, educar a los habitantes de las islas Sándwich de la escala más baja de la idolatría a los sentimientos divinos del Evangelio; los han reunido bajo un gobierno ponderoso, y han podido someterlos a la civilización, contando con un idioma fijado en la escritura y por una constitución que, asegurando los derechos de las personas, de la propiedad y de la inteligencia, engloba todos los elementos de la justicia y del poder.”
El idioma de los hawaiano es tan dulce y armonioso como el canto de los pájaros. En una lengua en la cual las consonantes van casi en mismo número que las vocales, ya que aunque el sistema gramatical adoptado por los misioneros cuanta cinco vocales y doce consonantes, varias de ellas podrían ser suprimidas sin inconveniente: b,d,r,t,v. El alfabeto hawaiano se compondría así de doce letras, cinco vocales y siete consonantes.
El gobierno constitucional de las islas Hawái, como los consejos de los misioneros americanos ya lo han hecho, se compone de un rey, de una Cámara de Nobles (ariis) y de una Cámara del Pueblo.
M. William Richards
Las Cámaras de los Nobles, de las cuales forma parte M. Timoteo Haalilio, se compone de treinta miembros. Por una extraña casualidad, típica de los Estados regidos por una constitución, la Cámara del Pueblo es menos numerosa que la de los Nobles; solo tiene siete miembros.
El poder del rey Kamehameha II está lejos de ser absoluto. Este rey, el primero que aceptó la fe de los misioneros americanos, a sido puesto bajo vigilancia y el control por medio de dos mujeres, sus tías Kahahumanu y Kinau, encargadas de contener sus pasiones y de solidificar la fe abrazada, y a la cual ellas dos se han consagrado por completo. Estas dos ancianas princesas han tenido más autoridad real que el rey. Son ellas quienes, en una carta dirigida en 1839 al cónsul americano, para disculpar a los misioneros protestantes de las persecuciones contra los católicos, fueron acusadas por el rey Kamehameha. Una de ellas murió tras esa época.
Kamehameha III está en la flor de la vida. Tiene más o menos treinta años. Su mirada es viva, una sonrisa agradable, su rostro expresivo; tiene una estatura media y una inteligencia desarrollada, de carácter franco y abierto, con un espíritu ama la diversión. Se nos afirma que en el fondo de su corazón, le encantan los Franceses.
M. Timoeo Haalilio, el primero en ser enviado para solicitar al Rey de los Franceses el reconocimiento de independencia de las islas Hawai es, como lo hemos dicho, miembro de la Cámara de los Nobles y secretario privado del rey Kamehameha, amigo de la infancia. Su talla es elevada, el tono de su piel claro, su cabello suave y liso; tiene una firme constitución, una sonrisa graciosa, ojos vivos y dulces, una fisionomía expresiva como el rey; su corazón es excelente, su instrucción variada, su espíritu inteligente; habla inglés con facilidad y pureza. No ha dicho que admira mucho París y que le gusta el carácter alegre de los Franceses.
M. William Richards, ciudadano de los Estados Unidos de América, es el segundo de los los enviados del rey de las islas Hawái, y tiene más o menos cincuenta años. Es un antiguo misionero metodista que ha renunciado desde hace doce años al ejercicio de apostolado y que se ha hecho intérprete de Kaehameha III, sobre quien tiene mucha influencia. Su talla es elevada, sus trazos nobles y suaves forman un aspecto grácil; tiene mucho refinamiento espiritual y prudencia de carácter. Su nombre que, en las islas Hawái, está unido a empresas útiles, a instituciones filantrópicas, no está mezclado con ningún acto de violencia o de fanatismo, hechos que han sido tristemente protagonistas en las islas.
Tras su llegada a París, los Señores Haalilio y Richards han sido admitidos como miembros corresponsales, en la Sociedad Oriental, en la cual el rey Kamehameha es miembro honorario. Han sido recibidos y han encontrado apoyo en esta sociedad fundada para defender los intereses franceses en Oriente, así como el catolicismo al cual se sienten tan íntimamente unidos, debiendo recomendar a todos sus fines nacionales y desinteresados.
La independencia de las islas Hawái, reconocida ya por los Estados Unidos de América y por Inglaterra, no se verá comprometida en el caso de Francia. Ya tres tratados de amistad y de paz perpetuas entre Franceses y Hawaianos fueron firmados en 1837 y 1839 por los Capitanes Dupetit-Thouars y Laplace (hoy en día contra-almirantes). Uno de dichos tratados declara libre, el las islas Hawái el ejercicio del culto católico, y suprime así cualquier pretexto en cuanto a nuevas persecuciones. Los dos otros dan a los Franceses, en las islas Hawái y a los Hawaianos en Francia, los mismos derechos que la nación más favorecida. Y esos son muy buenos precedentes.
L’Illustration 17 junio 1843
IMAGENES / WIKIPEDIA
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