Al ver estas imágenes de un film para la televisión dirigido por Jean Renoir, y destacándose su forma de caminar, de moverse, de mirar, enseguida he recordado al personaje de Jean-Baptiste Grenouille tal y como el autor Patrick Süskind me lo hizo sentir en su obra "El Perfume". Claro está que a pesar de las descripciones que los autores hacen de sus personajes, cada lector tendrá su propia idea, la imagen particular de cada uno de ellos. En mi caso, Opale (Jean-Louis Barrault), al personaje que aparece aquí sólo le faltan algunos atributos de "Uriah Heep" de David Copperfield como seguramente esas manos eternamente húmedas, nerviosas y que quieren mostrar tranquilidad, algo completamente imposible por la carga neurasténica que esconden.
El hecho es que esta película de Renoir fué dirigida en 1959 y ya ahi veo ese personaje asesino que imaginé mientras leía la novela de Süskind.
A veces, la imaginación es producto de la imaginación de otros, aunque sea de manera inconsciente. O quizá no sea tanto la imaginación, sinó más bien la inspiración. Y por supuesto Renoir se inspiraría en otras obras, o en pequeños detalles de la vida cotidiana y de autores que leyó no se sabe cuando. Siempre existen los paralelismos, pero las obras son todas diferentes.
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